‘Caso sobornos’ de Mediapro en EEUU

“No digáis nada por teléfono, ¡nada!”
El procedimiento contra las presuntas ‘mordidas’ del grupo audiovisual de Jaume Roures para obtener derechos de TV revela reuniones secretas y paranoia

El caso de los presuntos sobornos que ha salpicado al grupo de comunicación español Mediapro en Estados Unidos deja episodios definitorios de la operativa utilizada: “No digáis nada por teléfono. ¡Nada!”. El fragmento de la conversación es un extracto del escrito de la acusación que investiga las presuntas mordidas de una filial del grupo audiovisual del empresario catalán Jaume Roures a cambio de obtener los derechos de TV futbolísticos en Suramérica.

Según el documento del fiscal del distrito este de Nueva York, que ha armado la acusación en el procedimiento en esta pieza separada del caso Fifagate de corrupción en el fútbol, los supuestos pagos a federaciones se habrían producido mediante una estructura simple.

Primero, en reuniones celebradas con discreción. De estos encuentros habrían salido acuerdos formalizados con transferencias a cuentas bancarias en paraísos fiscales o en las naciones en las que se compraban los derechos.

Finalmente, se suscribían los acuerdos comerciales.

Encuentros
En la base de la trama, según el fiscal, se sitúa un ejecutivo que actuó como brazo ejecutor de las presuntas mordidas. Fue Fabio Tordin, directivo de Media World LLC, una filial del grupo audiovisual Imagina –fundado por Mediapro y Globomedia en 2006— con sede en Miami (Estados Unidos).

El profesional se habría valido de una alianza con la firma Traffic US a mediados de 2000 para conseguir al menos 15 contratos de forma ilícita en Suramérica, como explicó Crónica Global.



Los presuntos acuerdos irregulares se consiguieron de forma siempre muy parecida. Tordin, en solitario o con otros acusados, se reunía con directivos de federaciones de fútbol de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Panamá.

Los altos cargos pedían sumas de dinero de seis cifras o 600.000 dólares (508.000 euros al cambio), según el caso, y Media World pagaba las presuntas mordidas al 50% con Traffic USA.

Venta de derechos
Ocurrió así, por ejemplo, en el caso de la Federación de Fútbol de Costa Rica (Fedefut) en 2014. Torbin y Huguet abonaron, según el fiscal, un soborno de 600.000 dólares a Eduardo Li, expresidente del ente federativo.

Tras ello, la federación del país vendió los derechos de la fase clasificatoria del Mundial de Fútbol de 2022 a Traffic USA.

La filial de Imagina en Estados Unidos, Media World, “se benefició” de aquel y otros acuerdos en virtud de una entente anterior sellada entre ambas firmas, según el letrado.

Cuenta en Panamá de un empleado
En el caso de Costa Rica para 2022, sólo uno de los 15 que investiga el fiscal, la sociedad ligada a los fundadores de Imagina y Mediapro en EEUU utilizó una cuenta en Panamá a nombre del "coacusado número 6", que las fuentes consultadas identifican como Miguel Trujillo, un exagente colombiano de la FIFA “vinculado a Media World como consultor”.

El depósito bancario de Trujillo se utilizó para, en opinión de la acusación, remitir la mitad del soborno a Eduardo Li: los 300.000 dólares que correspondían a Media World. Éste, a su vez, habría hecho llegar el dinero a Li.

Cabe recordar que el intermediario se declaró culpable de cuatro delitos en el proceso Fifagate, entre ellos conspiración para blanquear dinero, ante un tribunal de EEUU en 2016.

Li, por su parte, está suspendido de por vida por la FIFA después de que el comité ético del organismo que gobierna el fútbol mundial lo hallara culpable de varios delitos.

“Nada por teléfono, ¡nada!”
Y es que los directivos de las federaciones sabían perfectamente que lo que hacían era poco ético, como mínimo, o criminal, si el juez así lo acaba dictaminando.

Quizá por ello, los pagos de Media World y Traffic US llegaban a los altos cargos de las federaciones de las maneras más insospechadas.

Es el caso de Alfredo Hawit, expresidente de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth), que recibió según el fiscal 263.720 dólares (223.588 euros al cambio) de Media World en una cuenta bancaria de su esposa en Panamá, previo paso para el depósito, también en el estado centroamericano, de Miguel Trujillo.

En otra ocasión y en una fase anterior al pago de las supuestas mordidas, los directivos se amilanaban. Ocurrió así, en opinión de la acusación, en una reunión celebrada el 9 de julio de 2015 entre Fabio Tordin, directivo de Media World, Brayan Jiménez, expresidente de la Federación de Fútbol de Guatemala (Fenafutg), y Héctor Trujillo, ex secretario general del organismo y antiguo magistrado de la Corte Constitucional del país.

Al principio del cónclave secreto, Jiménez le espetó a Tordin: “Nada, absolutamente nada, debe ser dicho por teléfono. ¡Nada!”. El aviso llegó, en opinión de la acusación, mientras los tres hombres negociaban sobornos para los derechos de televisión de la selección guatemalteca en la fase clasificatoria del Mundial de Qatar en 2022.

La versión de Mediapro
Preguntado por este modo de ejecución detallado por el fiscal, Mediapro se ha remitido de nuevo a los comunicados públicos que emitió en 2015, cuando estalló el escándalo.

El grupo de Roures ha recordado que aportaba nuevos datos "con la información que tenía en ese momento", al ser preguntado por un primer comunicado que negaba las tretas, enviado el día después de la reunión de Tordin con los dos ejecutivos de Fenafutg.

En el resto de notas, el conglomerado audiovisual recalcó que Tordin y Huguet quedaron cesados a finales de 2015. En su lugar, la compañía designó a Irantzu Díez Gamboa como nueva consejera delegada de Media World.

En todo momento, subrayó Mediapro, colaboraría con las autoridades estadounidenses para aclarar el caso. La firma remachó que "no permite ni tolera actividades irregulares, ilegales o que atenten contra su código ético".