ARTICULO SOBRE LOS SISTEMAS DEL FUTBOL Y SUS MENTIRAS

He visto este articulo en masfutbol.com y me ha gustado, ensalza a MOU, que ya esta bien que todos solo den parabienes a gaydrogas.

Los sistemas de juego y otras mentiras
FRANCISCO RUIZ BELTRÁN 12 ENERO, 2012 0
Estamos acostumbrados a oír que “en el fútbol está todo inventado” o que “es de los jugadores”. El trabajo del entrenador es muy abierto y los modelos de cada uno pueden ser distintos pero nunca son ajenos a la moda. La búsqueda del entrenador es la fórmula de la victoria y para ello, muchas veces no se basan en ideas o métodos propios sino en la experiencia de quien por lo menos durante un tiempo tuvo esa fórmula.

Desde que el fútbol es el deporte rey hemos tenido que escuchar frases que nadie se paró a cuestionar y que han sido tomadas como “dogmas de fe”. A nivel metodológico siempre se ha hablado de “la esencia de la preparación física” y a nivel táctico se dijo que “dos bajitos no pueden jugar juntos en el centro del campo”, “si juegas con jugadores técnicos, quién robará la pelota”, “hay que jugar con un central marcador y un central libre”, “si un lateral sube, el otro cierra”, etc.

Afortunadamente la corriente actual sigue el paradigma de Pep Guardiola. Un entrenador que se ha atrevido a desmontar muchos de los mitos que el fútbol había establecido por experiencias pasadas. La otra ayuda esencial al “nuevo fútbol” es aportación de los métodos de entrenamiento de José Mourinho y la periodización táctica, aquella que trabaja el apartado físico “por arrastramiento”.

Uno de los grandes debates que ha generado el fútbol son los sistemas de juego. Algunos lo ven como fundamental e incluso se atreven a hablar de la idoneidad de un sistema u otro en equipos que no conocen. Otros hablan de “números de teléfono”, no tanto para decir que no existen sino para defender que el fútbol es de los jugadores, infravalorando el trabajo táctico.

El sistema de juego lo tenemos que entender como “sistema de partida”. Incluso es un “sistema de apoyo” al ser la referencia y la posición más conocida por los once jugadores que están en el campo.

La velocidad del juego obliga a un equipo a adaptarse a distintas situaciones y por tanto a distintos posicionamientos según la posición del balón, de los compañeros y de los jugadores adversarios.

Esto no significa infravalorar el sistema de partida, ya que según donde parta el jugador, podrá hacer unos recorridos u otros y es importante que cada zona del campo sea ocupada por los que dominan esas zonas concretas. Por eso hay que diferenciar el modelo de juego del sistema y por eso tampoco estamos de acuerdo con la afirmación de que “no importa el sistema de juego, sino el modelo de juego”. Y aunque es evidente que no hay dos sistemas 1-4-3-3 iguales, es más evidente que no es lo mismo un posicionamiento de partida con 1-4-4-2 que con 1-3-4-3.

A partir de estos sistemas de partida, cada equipo debe saber responder de forma colectiva e individual a las distintas situaciones del juego según su <>. Y entendemos por momentos, la fase ofensiva, la fase defensiva y las distintas transiciones además de las acciones a balón parado.

Según los jugadores que tengo y a los jugadores a los que me enfrento así como la zona del campo en la que está el balón, el equipo debe “actuar” de una forma u otra y que esta sea siempre acorde a su modelo de juego para que haya una coordinación total.

Y es según el <> y el <> (zona fuerte, de balón) donde nacen los “sistemas de apoyo”. Sistemas que surgen del <>. Cuanto más concuerden los sistemas de apoyo con los momentos del juego, mayor capacidad tendremos de dominar el <> (no necesariamente el balón) y ser un equipo tácticamente sólido.

Ejemplos prácticos

Este año, mis dos sistemas de partida son el 1-4-4-2 en rombo y el 1-4-3-3. Con el 1-4-4-2 en rombo, uno de los sistemas de apoyo que más trabajamos es el 1-2-6-2. Este sistema, en organización ofensiva nos permite tener superioridad en el centro del campo contando con dos apoyos tanto por delante como por detrás (centrales y delanteros), además de obligar a los defensas rivales a ocupar zonas más adelantadas para paliar la inferioridad numérica, dándonos por tanto buenas situaciones para el dos contra dos ofensivos o metros por delante que aprovechan nuestros jugadores de banda tras combinaciones cortas o cambios de orientación. La transición defensiva es sumamente sencilla ya que acumulamos muchos jugadores en el <> donde comenzamos a hacer una presión intensiva tanto al poseedor de balón como a sus apoyos más directos para que busquen el pelotazo o el pase atrás al portero que nos permita organizarnos de forma más racional.

El sistema de apoyo cuando orientamos la salida de juego del rival a banda es un 1-2-5-3 en el que el interior de lado fuerte inicia la presión al poseedor de balón mientras los delanteros fijan a los centrales para que no haya una circulación de balón horizontal posible. El lateral del espacio de juego directo sube un escalón haciendo una marca férrea al extremo rival (buscando la anticipación o incluso cerrar línea de pase) mientras el media punta ocupa la zona de su medio centro más cercano a balón. El medio centro por delante de la defensa y el interior de banda contraria cierran los pasillos centrales y el lateral del espacio de juego indirecto sube un escalón centrando su posición para tener posibilidad en segundas jugadas o iniciar la presión en caso de que haya cambio de orientación.

Estos son sencillos ejemplos de la relatividad de los mal llamados “sistemas de juego”, pero también de la importancia de los mismos en el comportamiento del equipo durante el partido.

Muy bien expuesto.