De Rajoy, la Merkel y el mundo como es

Leo por ahí que la prensa patria está muy dolida porque Rajoy le ha pedido a la Merkel que crezca para que él no decrezca. Y claro, ante demanda tan estúpida, la doctora teutona en Física Nuclear le ha dicho que que el que tiene que crecer es él, que ella ya es bastante grande, y que aproveche mejor los átomos de su cuerpazo de metro noventa de lo que lo hace hasta el momento.

Y es que me parece una tontería por parte de Rajoy pedirle a la Merkel que ella se ponga a su altura, cuando resulta que es él el que tiene que ponerse a la de ella. Porque la vida es como es y no como queremos que sea, y menos como nos la inventamos, que es lo que hizo Zapatero, y por eso se nos ha visto a todos los españoles el plumero.

Porque tiene cojones pedirle a la Merkel que se haga más bajita, con lo baja que ella ya es, para que Rajoy no tenga que molestarse en mostrar su estatura, que el tipo mide un metro noventa. Eso es impresentable. Y lo digo como español: no podemos pedirles a los demás que se encojan para que nosotros nos veamos más grandes. Eso no funciona en ninguna parte, y menos cuando te enfrentas a una tipa de metro sesenta, cuando tu mides metro noventa, y ella, además sabe contar centímetros cuánticos. Es simplemente ridículo.

Para crecer de verdad hay que controlar el gasto, para que no se te descontrole el crecimiento (del presupuesto) por culpa de un exceso de hormona inversora (que ese es otro tema que los madridistas bien conocemos y los españoles de la construcción también). Y cuando controles tus gastos, Rajoy, podrás ofrecerles a tus inversores (nacionales y extranjeros) seguridades sobre el resultado de sus inversiones, de sus riesgos y de sus rendimientos. Lo demás es tontería, por no decir estupidez. Porque: dónde se ha visto que una tipa de metro sesenta tenga que aparentar medir metro setenta para que un tipo de metro noventa pueda aparentar que mide metro setenta y cinco? Eso ya me parece mucha apariencia, y la apariencia sin esfuerzo y sin mérito me parece mucha estulticia y hasta un poco de cara dura.

Y ya no digo nada de los ingleses y sus referéndums europeos, que a esos hay que darles una patada en el culo y mandarles a Borneo con los pigmeos.