La última exhibición de Nikos Gallis
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La última exhibición de Nikos Gallis
La última exhibición de Nikos Gallis
Nikos Gallis, el gran héroe griego, no era griego y no se llamaba Nikos Gallis, como el preludio de unos tiempos en los que casi todo lo que surgirá de Grecia será falso o al menos cocinado, una enorme burbuja de pasión y caída a los infiernos. Nick Giorgalis, hijo de unos emigrantes de la Isla de Rodas, nace en Nueva Jersey, en 1957, tierra de emigrantes por excelencia, años en los que jugarse el futuro al deporte y a ser posible al boxeo. El fornido Nick formándose en gimnasios e institutos con ganchos de derecha y de izquierda, un cuerpo compacto, un prodigio físico con rostro agresivo y vello por los hombros, por la espalda…
Gallis descubriendo el baloncesto, especialista defensivo en la Universidad de Seton Hall, donde los Pirates le enseñarán que hay vida (y dinero) más allá de los puños y que puede ser algo más que una lapa de poco más de 1,80. Primero, de base, después de escolta, lo que hoy en día se llama combo guard, Nick consigue hacerse un hueco en el quinteto titular, luego se convierte en la estrella, acaba promediando 27,5 puntos por partido, un anotador como quedan pocos en los últimos años universitarios de Magic Johnson y Larry Bird.
Pese a la tradicional desconfianza de los directivos NBA en los jugadores blancos bajitos de universidades de segundo nivel, su representante, Bill Manon, decide otorgarle aires de estrella. Manon no es un hombre de baloncesto sino de espectáculo y lleva la carrera de Diana Ross después de dejar The Supremes. Decide que no haga pruebas ni entrenamientos con ningún equipo y la NBA premia la decisión relegándole más y más en el draft, cayendo hasta el 68º puesto de la cuarta ronda. Solo los Celtics apuestan por él. Es blanco, es trabajador, es orgulloso. Es Boston. Nick lo intenta, pero no encuentra sitio en la plantilla. El entrenador no confía en él, él no sabe adaptarse a un rol de secundario y una lesión grave en el training camp hace que su puesto lo ocupe Gerald Henderson y que el chico sea despedido sin jugar ni un solo minuto en la NBA.
Ya no es boxeador. Ya no es baloncestista profesional. Todavía es un poco griego, así que prueba a irse al país de origen de sus padres. Deja de ser Nick y pasa a ser Nikos. Deja de ser Giorgalis y pasa a ser Gallis. Mucho más sencillo, mucho más directo. Es 1979 y el baloncesto en Grecia no existe, así que su sola presencia hace que el Aris de Salónica se hinche a ganar ligas y copas sin parar mientras a su alrededor se crea algo parecido a un equipo nacional, el de los Giannakis, Fassoulas, Christodoulou… Gallis se va a los 40 puntos por partido, a los 50 en alguna ocasión. Cuando sale a Europa, el Aris pierde pero su estrella siempre acaba máximo anotador del partido.
Todo esto, por supuesto, hasta 1987, el punto de inflexión, el Eurobasket en casa. Yugoslavia tiene a Drazen Petrovic y a unos jovencísimos Kukoc, Djordjevic, Radja y Paspalj. Es el germen de lo que será la mejor selección FIBA de la historia y el rival en semifinales. Gallis se echa a la selección griega a las espaldas y acaba con 30 puntos en la victoria por 81-77. La jugada es siempre la misma pero a la vez es imparable: Nikos no deja de ser un tirador aceptable a larga distancia pero desde cinco metros en adelante resulta infalible. Amasa la bola y se encoge para botar bajo, muy bajo… luego, cuando nadie lo espera, hace un reverso y tira a tabla o se para y lanza echándose hacia atrás, el brazo en una posición casi antinatural. Gallis no es alto, no es rápido, pero nadie puede pararlo. Sus porcentajes son excelentes, por encima del 50% y en la final ante la URSS —vigente campeón, que no tiene a Sabonis pero sí a Marciulionis, Volkov y compañía— explota con 40 puntos y una nueva sorpresa: 103-101 para Grecia, que se convierte en campeona de Europa ante un público completamente enloquecido.
De repente, Gallis pasa de ser una estrella local a ser una estrella mundial. Uno de los mejores jugadores del mundo, un anotador a la altura de Drazen, de Óscar Schmidt, por encima incluso de Epi o Riva. Su Aris crece, llega a Final Fours en las que es eliminado a primeras de cambio. Salónica es una fiesta a la que se une el PAOK de Fassoulas. El baloncesto es dinero, cada vez más. A los 30 años, es elegido mejor deportista del siglo. Los griegos y sus excesos. En 1989, casi repite la proeza, eliminando él solo a la URSS —esta vez sí, con Sabonis— en semifinales, con 45 puntos, metiéndose en cada recoveco de la defensa, amagando una y dos veces hasta que el rival salta y él encuentra el espacio para anotar. 32 años y 37,7 puntos por partido.
Así hasta que de repente llegan los multimillonarios al baloncesto griego, la URSS y Yugoslavia estallan en mil pedazos y Grecia se convierte en el lugar de destino de todas las estrellas del mundo: las de la NBA y las del este de Europa. El centro de gravedad pasa de Salónica a Atenas. Pavlos Yannakopoulos compra el Panathinaikos y ficha a Aleksandr Volkov y a Stojan Vrankovic; el Olympiacos, a su vez, se refuerza con Zarko Paspalj, Walter Berry, Dragan Tarlac y posteriormente el enorme Roy Tarpley, alejado de la NBA por sus problemas con las drogas. Para desempatar, Yannakopoulos tienta a Gallis, que acaba de anunciar su retirada total de la selección griega, a los 35 años, “porque tiene una familia que cuidar” después del fracaso en el Preolímpico de Barcelona 92.
Gallis es el Aris, pero el Aris ya no tiene dinero: ha sancionado a Giannakis por sus protestas ante la prensa y ve con buenos ojos la marcha de Nikos. Está de saldo y aceptará cualquier cosa menos que su ídolo se vaya al PAOK, así que el fichaje se consuma y el emigrante inmigrado empieza dos años muy turbios en Atenas. El PAO tiene al mítico Pavlicevic como entrenador, pero las cosas no funcionan. Gallis sigue prácticamente al nivel de siempre —24 puntos por partido— pero nota que ya no es la estrella indiscutible y no lo lleva bien. Nada bien. En su segundo año, Pavlicevic deja el puesto a Costas Politis y la decisión parece irle bien a Nikos: en el primer partido de Politis con el equipo, Gallis juega los 40 minutos y le mete 30 puntos al 7-Up Joventut, eventual campeón de la competición unos meses más tarde. Gallis tiene 37 años pero sigue imparable, alternando la posición de base con la de escolta y acabando como máximo asistente de la Liga Europea.
El PAO se mete en los play-offs y elimina al Limoges de Malkovic, Young, Bilba y compañía. Eliminar al vigente campeón y contar con los dos jugadores mejor pagados de Grecia —Volkov y Gallis, por ese orden, apenas unos miles de dólares de diferencia entre ambos— le dan un aire de favoritismo. Aquí es donde llegamos al “último baile” de Nikos. Su última oportunidad, aunque prácticamente nadie lo sabe en ese momento. Las semifinales le emparejan con el Olympiakos, el odiadísimo Olympiakos de Paspalj, probablemente el mejor jugador de Euopa tras la marcha de Kukoc a los Chicago Bulls.
El partido empieza con un Fassoulas imparable, llegado ese mismo verano desde Salónica. Junto a Fassoulas, Tarpley y Sigalas son los mejores aliados de Zaljko, un tanto apagado durante los mejores momentos del Panathinaikos, que llega a adelantarse 23-17 gracias a la omnipresencia de Volkov, que acabará con 32 puntos y 8 rebotes. Al descanso, el marcador refleja empate a 36 y a Gallis se le espera, como siempre, ese arreón en el que se volverá imparable y desquiciará cualquier defensa, incluso la del especialista Sigalas. Pero no. El arreón es del Olympiakos, que convierte un 41-41 en un 41-56. Sigalas no suelta a Gallis, que jugará los 40 minutos para anotar solo 9 puntos en 9 lanzamientos y dar 2 asistencias. Es otro baloncesto. Es otra época. Los 37 años que no pesaban ante la Penya ahora parecen un mundo. El PAO intenta reaccionar y llega a colocarse a tres puntos (61-64) pero no basta. Paspalj resuelve con un triple y un mate y coloca a su equipo en la final, una final que perderán contra el Joventut, cortesía de Corney Thompson.
En el vestuario del Panathinaikos, caras largas, envidias y rabia. De entrada, para el año siguiente, deciden que Paspalj cambiará de camiseta, que es la pieza necesaria para un proyecto verdaderamente campeón. Antes queda el maldito partido por el tercer y cuarto puesto, el partido que Nikos elige para reivindicarse por última vez, para callar la boca a los que dicen que está acabado. Aprovechándose del bajón anímico del Barcelona, tras su enésimo fracaso en una Final Four, Gallis destroza a los azulgrana con un contundente 100-87 al que el estadounidense contribuirá con 30 puntos y 3 asistencias. Su secuencia de tiros, impecable: 11/17 en tiros de dos, 8/10 en tiros libres. Los triples, como es habitual, ni probarlos. Para eso queda un jovencito llamado Alvertis y que dará mucho que hablar en las décadas posteriores.
Esa será la última exhibición de Gallis a nivel internacional. El verano es duro y polémico. Nikos ve con recelo la llegada de Paspalj y quiere más dinero, el mismo que va a ganar el montenegrino aunque sabe que no está al nivel, ni mucho menos. En la anterior temporada ha promediado 19 puntos por partido, la primera vez en catorce años que baja de los 20. Su importancia en los partidos decisivos ha sido más bien limitada. Gallis tiene que acostumbrarse a un papel secundario en el equipo, a la sombra de los exyugoslavos, pero no quiere. Sabe que la afición está con él, que la prensa internacional sigue refiriéndose al equipo como “el equipo de Gallis” y juega sus bazas: entrena mal, critica en la prensa, juega con desgana.
Después de unos cuantos partidos a un nivel impensable (12,8 puntos de media), Nikos sale a la prensa a criticar a la directiva, al entrenador y a sus compañeros. El club le aparta inmediatamente de la plantilla y baraja una sanción de cuatro meses. Politis, incapaz de hacerse con el control del equipo, dimite. Las peñas se lanzan a la calle a pedir la readmisión de su ídolo, Yannakopoulos no sabe qué hacer. Habla con Gallis una, dos veces. Intenta llegar a un acuerdo, pero Nikos sigue negándose a jugar. “Otros equipos me querrán”, dice, en un órdago, y al final llega el final: el presidente-propietario exige que Gallis pida perdón públicamente pero Nikos, como el boxeador de la canción de Paul Simon, puede que esté dispuesto a rendirse pero nunca a humillarse.
“No tengo por qué pedir perdón”, insiste, mientras sigue sin aparecer por los entrenamientos. El lunes 7 de noviembre de 1994, Yannakopoulos reúne a los medios y anuncia lo inevitable: ha rescindido el contrato de Gallis. “No puedo permitir esto”, dice el magnate, que ha invertido 15 millones de dólares en dos años, cifras inimaginables en aquellos tiempos en el baloncesto europeo. “No quiere pedir perdón y no quiere entrenar, Politis se ha ido por su culpa y no rectifica. No puedo seguir perdiendo el tiempo”. Las peñas vuelven a echarse a la calle pero ya sin tanto convencimiento, y un aficionado griego sin convencimiento es medio aficionado. Gallis piensa dónde jugar y también piensa en no jugar más. En descansar. En quedarse en Atenas o volverse a Salónica o incluso regresar a Nueva Jersey. La suya es la historia inversa del inmigrante con éxito: sus padres fueron a Estados Unidos en busca de la supervivencia, él volvió a Grecia y asombró a todos.
¿Por qué seguir si ya has llegado a lo más alto? Ninguna Euroliga va a superar aquel Eurobasket de 1987. Ningún Eurobasket posterior que Grecia pueda ganar —el de 2005, por ejemplo— podrá superar la exhibición de aquel loco bajito y musculado que se ganaba el hueco a base de meter los cuernos primero y echarse hacia atrás después, un jugador que anotaba como los mejores prestidigitadores: lentamente, repitiéndote una y otra vez lo que va a hacer, para que lo sepas, para que seas consciente de que jamás conseguirás entender el truco y mucho menos pararlo.
http://www.jotdown.es/category/opinion-2/elultimobaile/
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
joder el microondas en el primer video etapa ncaa supongo. sin linea de tres. y gallis con pelo afro.
pantuflo- Moderador
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
pantuflo escribió:joder el microondas en el primer video etapa ncaa supongo. sin linea de tres. y gallis con pelo afro.
Sí, es un All Star universitario. Se me ponen los pelos como escarpias de ver jugar a Bird en su plenitud. Qué pedazo de jugador.
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
Obi escribió:pantuflo escribió:joder el microondas en el primer video etapa ncaa supongo. sin linea de tres. y gallis con pelo afro.
Sí, es un All Star universitario. Se me ponen los pelos como escarpias de ver jugar a Bird en su plenitud. Qué pedazo de jugador.
Aquí tenéis el partido completo.....
culerdada nuí- Mito y Leyenda
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
Nikos Galis era una máquina de destrucción masiva..
culerdada nuí- Mito y Leyenda
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
Quizá el mayor anotador Fiba de los últimos 30 años, tan solo equiparable a Oscar. Anotaba y anotaba, no defendía nada, descansaba para el ataque siguiente. Una máquina.
Cualquier partido del Eurobasket 87 de Grecia merece la pena solo por verle jugar. Destrozó a Yugoslavia y a la URSS.
Tan solo recordar que esa selección griega estaba compuesta por 4 jugadores de nivel. Gallis, y a mucha distancia, Yannakis, Fassoulas y Christodoulou. El resto, muy malos. Irónicamente, ganan la final gracias a 2 tiros libres de Kambouris.
Cualquier partido del Eurobasket 87 de Grecia merece la pena solo por verle jugar. Destrozó a Yugoslavia y a la URSS.
Tan solo recordar que esa selección griega estaba compuesta por 4 jugadores de nivel. Gallis, y a mucha distancia, Yannakis, Fassoulas y Christodoulou. El resto, muy malos. Irónicamente, ganan la final gracias a 2 tiros libres de Kambouris.
juanhiro2- Componente de plantilla
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
juanhiro2 escribió:Quizá el mayor anotador Fiba de los últimos 30 años, tan solo equiparable a Oscar. Anotaba y anotaba, no defendía nada, descansaba para el ataque siguiente. Una máquina.
Cualquier partido del Eurobasket 87 de Grecia merece la pena solo por verle jugar. Destrozó a Yugoslavia y a la URSS.
Tan solo recordar que esa selección griega estaba compuesta por 4 jugadores de nivel. Gallis, y a mucha distancia, Yannakis, Fassoulas y Christodoulou. El resto, muy malos. Irónicamente, ganan la final gracias a 2 tiros libres de Kambouris.
Fue mayor la hombrada de Galis en el eurobasket 89.... :Tumbó a la URSS esta vez sí con Sabonis, con cuarenta puntazos. El mejor escolta que ha existido nunca en Europa juanto a Petrovic. Me río de Navarro.
PD. Aunque no lo parezca, era un gran pasador..tiene el record de asistencias en un partido FIBA ,me parece con 23.
culerdada nuí- Mito y Leyenda
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
En el año 88 estuve en Grecia, de turismo, y era impresionante cómo le adoraban. Veías su foto por todos lados. En bares, en kioskos... hasta los taxistas llevaban su foto en el taxi como si fuera la imagen de un santo.
juanhiro2- Componente de plantilla
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Re: La última exhibición de Nikos Gallis
juanhiro2 escribió:En el año 88 estuve en Grecia, de turismo, y era impresionante cómo le adoraban. Veías su foto por todos lados. En bares, en kioskos... hasta los taxistas llevaban su foto en el taxi como si fuera la imagen de un santo.
Por lo visto Red Auerbach dijo que una de las cosas de las que más se arrepintió en su carrera, fue no haberle fichado para los Celtics...
culerdada nuí- Mito y Leyenda
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