Hay que ser zoquete

Sí, Sres.: hay que ser zoquete.

Me refiero a todos esos periodistas que se dicen madridistas, o afines, que no le perdonan a Mbappé que no viniera con 23 años, cuando ha venido con 25 años. Es el argumento periodístico más estúpido que he leído y escuchado en toda mi vida. Porque lo importante es que Mbappé HA VENIDO.

Y ha venido porque ÉL ha querido. Porque verdaderamente quiere jugar en el Real Madrid. Y eso es lo importante y definitivo.

Y no lo ha hecho por dinero, -aunque ganará mucho dinero en el Madrid. Pero si fuera por dinero, se habría quedado en el PSG, donde le hubieran pagado lo que él hubiera querido, y sin necesidad de moverse de su casa. Eso lo sabe cualquiera que tenga media neurona de cerebro.

Pero él ha querido jugar en el Real Madrid, y no en cualquier otro club de fútbol. Ni en el PSG, ni en el City, ni en el Bayern, ni en el Barsa, por poner varios ejemplos de clubes poderosos del fútbol actual. Con el Barsa me he pasado, lo sé. Y por eso ha roto la jaula de oro en la que estaba enjaulado, y eso no es nada fácil si se piensa sinceramente, y ha fichado por el club de sus sueños. Y ese club es el Real Madrid.

Comprendería las reticencias de los periodistas que se dicen madridistas -y que no son otra cosa que una banda de zoquetes- si Mbappé hubiese venido con 29 o 30 años, como hizo Zidane; pero, ¿con 25 años nos vamos a quejar cuando tiene los mejores años de su vida deportiva por delante y ha decidido jugarlos con nosotros? ¡Venga, hombre! ¡Hay que ser zoquete!

¿Qué se pretende? ¿Que con 23 años se hubiera enfrentado a fuerzas políticas, económicas, afectivas, familiares y de toda clase, a las que ningún hombre se enfrentaría ni con 40 años de madurez? Hay que ser muy zoquete para mantener ese argumento, como argumento de autoridad, para poner en cuestión el firme deseo de Mbappé de venir al Real Madrid de manera extemporánea. Lo cierto es que Mbappé ha arriesgado lo que tenía que arriesgar, roto lo que tenía que romper y sufrido lo que tenía que sufrir, para realizar su sueño de toda la vida: que no es otro que triunfar deportivamente en el Real Madrid.

LO HA HECHO. HA VENIDO. Y eso es lo único que importa. Y el madridismo que no es zoquete está feliz. Sus goles, nuestros. Sus jugadas, nuestras. Su intimidación, nuestra, Su carisma, nuestro. Sus sueños, nuestros. Porque Mbappé es un jugador que te permite soñar con ganar y ganar y volver a ganar. Y eso es lo que nuestros enemigos y adversarios -aquí hay dos categorías que no debemos olvidar- no pueden soportar. Y por eso lo atacarán, lo difamarán, lo injuriarán, lo perseguirán e intentarán acabar con él.

Pero eso lo harán ellos, los que nos odian y nos envidian. Es el precio que hay que pagar por la grandeza del Madrid y del jugador. Pero que lo hagamos nosotros es imperdonable, porque es la actitud de un zoquete.

Así que, zoquetes del universo madridista, bajaos ya del burro, que Mbappé ha cumplido y ha venido. Más decidido que nunca, lo que ha facilitado que venga en condiciones incluso más económicas y en el mejor momento de su carrera. Y merece nuestro apoyo, nuestro respeto y nuestro cariño de aficionados. Y no, nuestro rencor, nuestras arrogantes reticencias y nuestra crítica. Zoquetes, mas que zoquetes.