Por la boca mueren los traidores como Del Bosque

J18 escribió:

Un traidor no será, de momento, pero tanto elogio al Farça ya cansa, entre este, Krusty y Michel vamos apañaos.

Blanco Nuclear escribió:

AZT escribió:

Blanco Nuclear escribió:

AZT escribió:Le crecen los enanos al ambiguo, pseudomadrista no-radical del payaso de Kruty del Nabo?, empiezan a calarlo los q "acuden" a la seleccion?, van verdaderamente los que tienen que ir?, sera culpa de Mauriño?

Pobre Silva. El quiere jugar en la selección española, el problema es que eso no existe. Nosotros tenemos una selección culerda para culerdos dirigidos por un traidor culerdo. Los españoles tendremos que esperar para volver a jugar en nuestra selección. Chín -Pón.

Aqui no mentimos nunca amigo, si decimos que es una seleccion de culerdos es porque lo es, aunque nos digan "radicales-talibanes" (mira que no duermo ni como desde que me lo han dicho ) , pero eso claro, no se mira con cualquiero ojo.

Te he contado lo del día que, harto de que me llamaran radical-talibán intenté convertirme al objetivismo primero y al culerdismo después? Pues mira, resulta que un dia que estaba ya hasta los cojones de que me llamaran radical y talibán, y decidí convertirme al madridismo objetivo. Y me fui a la orilla del mar a contemplar el mar, naturalmente. Y allí estaba yo observando todo aquel peazo de agua azul imaginandome que todo él era el madridismo, y que todos eramos lo mismo e igual lo uno que lo otro, como una inmensa molécula de un solo color, una sola textura (mojada), una inmensa ola que lo arrasaba y arrastraba todo, una misma identidad en azul, los madridistas radicales y los objetivos y los subjuntivos y todos. Y estaba ya bastante convertido al objetivismo y, de repente y sin avisar, me cayó encima una cagada de gaviota y me puso perdido el polo blanco de Lacoste que llevaba. Oye, se me detuvo la conversión de manera inmediata y me puse de un cabreo radical que pa qué mientras me limpiaba toda aquella mierda de mi impoluto polo blanco de Lacoste. Total que decidí convertirme al objetivismo madridista otro día y lejos del mar y de las cagadas de gaviota. Entonces decidí convertirme al culerdismo. Más que nada porque el anticulerdismo de mi madridismo congénito me provoca mucho odio. Y yo no quiero odiar a nadie, sabes, amigo mio? Más que nada porque el odio me provoca ardor de estómago y yo no quiero quemarme, ya me entiendes. Pues como te decía, decidí convertirme al culerdismo, para no odiar a nadie ni quemarme el estómago ni nada de eso, y tal y como empecé a convertirme me entraron una ganas de cagar incontenibles. Tanto fue así, que me tuve que sentar en el vater mientras me convertia al culerdismo, y, no te lo vas a creer, pero cuanto más me convertia más cagaba. Aquella conversión era tremenda, tan tremenda como la cagada, que era tremenda. Era tal el olor de la conversión, que decidí dejar de convertirme al culerdismo, porque la peste era inaguantable y los vecinos empezaban a protestar. Oye, que casi me mareo y todo por la dichosa conversión! Así que detuve mi conversión al culerdismo y decidí conformarme con mi condición de madridista radical y talibán. Desde entonces vivo feliz y en paz conmigo mismo, y sólo me cabreo con los unos y odio a los otros, pero ni me cagan encima, ni me cago en el vater. Qué descanso amigo mio!