próximo entrenador
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Re: próximo entrenador
Lo de Quique Flores significa que la prensa está tirando tiros con perdigones que alguno saldrá
castillista- Mito y Leyenda
- Mensajes : 27386
Fecha de inscripción : 28/04/2011
Edad : 46
Re: próximo entrenador
Yo tampoco entiendo que interés hay que se nombre y se presente al nuevo entrenador. Hasta dentro de un mes, por lo menos, no empiezan a entrenar. Los jugadores están en el mundial o de vacaciones.
Otra cosa es que el club esté trabajando en planificar la plantilla e incluso ya estén en contacto con el nuevo entrenador. ¿Que necesidad hay de publicarlo? ¿ Para darle carnaza a los periodistas?. Mejor trabajar en la sombra.
Otra cosa es que el club esté trabajando en planificar la plantilla e incluso ya estén en contacto con el nuevo entrenador. ¿Que necesidad hay de publicarlo? ¿ Para darle carnaza a los periodistas?. Mejor trabajar en la sombra.
serxio- Mito y Leyenda
- Mensajes : 5033
Fecha de inscripción : 02/09/2010
Re: próximo entrenador
Van dando palo de ciegos, ya disparan con tirachinas. Seguro que ya tienen a quien va a entrenar y planificando la temporada, y si, contra menos sepa la prensa mejor.
Tati10- Mito y Leyenda
- Mensajes : 28320
Fecha de inscripción : 15/04/2013
Localización : Mansión Playboy
Re: próximo entrenador
Tati10 escribió:Van dando palo de ciegos, ya disparan con tirachinas. Seguro que ya tienen a quien va a entrenar y planificando la temporada, y si, contra menos sepa la prensa mejor.
Eso espero,pero la cara de Florentino cuando se fue el cagón no me dió muy buena espina.
culerdada nuí- Mito y Leyenda
- Mensajes : 6191
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Edad : 48
Localización : Madrid
Re: próximo entrenador
ASport no dispara con tirachinas, estos van a peñascazos limpios
Tati10- Mito y Leyenda
- Mensajes : 28320
Fecha de inscripción : 15/04/2013
Localización : Mansión Playboy
Re: próximo entrenador
ASport buscá un técnico afin a ellos y que los lleve en avión a la final de la champions
castillista- Mito y Leyenda
- Mensajes : 27386
Fecha de inscripción : 28/04/2011
Edad : 46
Re: próximo entrenador
Vamos a ver, el motivo de la marcha de ZZ nunca se sabrá con seguridad. Yo creo que tuvo alguna discrepancia con Florentino y no creo que ni él ni Florentino lo van a decir. Ahora los vendeburras de los periodistas dan un sinfín de motivos pero no tienen la más pajolera idea. Eso de que nos dejó colgados, bueno,si, pero no es para tanto. Todos los grandes entrenadores de los que se habla están entrenando y si ZZ hubiese dicho que se iba hace tres meses esos mismos entrenadores estarían entrenando igualmente por eso que no veo la diferencia. Bueno si, la diferencia sería el mal rollo del vestuario y seguramente no ganar la 13ª.culerdada nuí escribió:Tati10 escribió:Van dando palo de ciegos, ya disparan con tirachinas. Seguro que ya tienen a quien va a entrenar y planificando la temporada, y si, contra menos sepa la prensa mejor.
Eso espero,pero la cara de Florentino cuando se fue el cagón no me dió muy buena espina.
serxio- Mito y Leyenda
- Mensajes : 5033
Fecha de inscripción : 02/09/2010
Re: próximo entrenador
Faltan el Tata Martino y Queiroz
Q prensa...
dioszidane- 1 Champions + 1 Liga
- Mensajes : 27879
Fecha de inscripción : 01/03/2010
Re: próximo entrenador
Tati10 escribió:ASport no dispara con tirachinas, estos van a peñascazos limpios
Éste juega en medio campo con Casemiro, Fernandinho y Paulinho.
Qué Dios nos pille confesados !!!!
JoseMaria- 2 Ligas
- Mensajes : 3353
Fecha de inscripción : 23/02/2010
Localización : Madrid
Re: próximo entrenador
Cómo tarden en atar a Pocchettino lo que tardaron en traer a Bale ,lo llevamos claro. Nos toca hacer la pretemporada y la planificación con Butragüeño.
culerdada nuí- Mito y Leyenda
- Mensajes : 6191
Fecha de inscripción : 15/10/2012
Edad : 48
Localización : Madrid
Re: próximo entrenador
Juan Gato, se gasta más dinero en brillantina que en comer, dice:
Tati10- Mito y Leyenda
- Mensajes : 28320
Fecha de inscripción : 15/04/2013
Localización : Mansión Playboy
Re: próximo entrenador
Sólo falta que dé alguna exclusiva Felix el Gato.Tati10 escribió:Juan Gato, se gasta más dinero en brillantina que en comer, dice:
culerdada nuí- Mito y Leyenda
- Mensajes : 6191
Fecha de inscripción : 15/10/2012
Edad : 48
Localización : Madrid
Re: próximo entrenador
Me empiezo a impacientar viendo como el resto de equipos empieza a cerrar fichajes y nosotros no sabemos ni quien nos va a dirigir.
La cagada de Zidane ha sido monumental. Nos ha dejado tirados, parece ser que hasta con futbolistas atados.
Y la reacción del presidente está siendo demasiado lenta. Como si no supiera qué hacer.
Lo mismo es una pose y lo tiene todo atado, pero lo dudo y me preocupa.
La cagada de Zidane ha sido monumental. Nos ha dejado tirados, parece ser que hasta con futbolistas atados.
Y la reacción del presidente está siendo demasiado lenta. Como si no supiera qué hacer.
Lo mismo es una pose y lo tiene todo atado, pero lo dudo y me preocupa.
JoseMaria- 2 Ligas
- Mensajes : 3353
Fecha de inscripción : 23/02/2010
Localización : Madrid
Re: próximo entrenador
Muy de acuerdo con este artículo, sobre todo, en lo de todos los grandes entrenadores que dejaron huella ni tenían experiencia, ni llegaron de entrenar antes equipos grandes.
Muchos madridistas me han preguntado estos días cómo ha afectado la etapa Zidane en el ciclo kármico madridista y qué periodo se supone debería darse a continuación. Para los que no estén al corriente, el ciclo kármico madridista es una tesis que defiende que el Real Madrid está sumido, desde hace décadas, en una secuencia de fases que se van sucediendo reiteradamente: una etapa de éxito liderada por un técnico cercano a los jugadores, a la que le sucede una etapa de relajación que deriva en el colapso del equipo y por último, una etapa bajo el mando de un entrenador duro en la que, tras un inicio triunfal, el desgaste de la plantilla precipita la marcha de ese sargento de hierro y con ello el reinicio, una vez más, del ciclo.
Esta dinámica se basa, por tanto, en el convencimiento de que el rendimiento de los jugadores blancos solo responde a un estímulo de exigencia y disciplina o bien, por contra, a la motivación suscitada por un entrenador con el que se sienten cómodos. Pero, en ambos casos, son compromisos muy volubles, sin apenas recorrido, ya sea por agotamiento o por exceso de cofianza.
En su despedida, Zizou nos insinuaba que había conseguido estirar al máximo el periodo de éxito (etapa Happy) pero sin poder evitar que el compromiso del grupo menguara paulatinamente (etapa Asador), lo cual precipitó su dimisión. La secuencia del ciclo kármico nos puede inducir a concluir que lo más idóneo para reactivar a una plantilla que ha perdido el pulso es un entrenador riguroso (etapa Caudillo). ¿Pero qué sentido tendría cuando estos jugadores acaban de hacer historia?
La imposición de un entrenador disciplinado no tiene por qué ser positiva si los jugadores la interpretan como una medida injustificada. Con Capello y Mourinho, el grupo claudicó ante la evidencia de su responsabilidad en los fracasos previos, pero no sucedió del mismo modo con Benitez, que no consiguió el respaldo del grupo. Si se opta, en cambio, por un entrenador de perfil bajo nada nos hace pensar que la advertencia de Zidane se pueda corregir.
Asistimos estos días a un carrussel de candidaturas de técnicos de todas las características, muchos de una incuestionable aptitud, pero la clave esta vez no radica tanto en aplicar palo o zanahoria, o en el peso del curriculum, como en la capacidad para tener ascendencia sobre una plantilla excepcional. Nadie discute, por ejemplo, la profesionalidad de Klopp o Pochettino. Sus trayectorias les avalan, pero no tenemos la certeza de que los jugadores del Real Madrid -tras tres años bajo la dirección de un técnico tan carismático como el francés- vayan a sentirse lo suficientemente estimulados como para suscribir un compromiso férreo con ellos.
Cuaquier entrenador que releve a Zidane va a sentirse acomplejado ante la sombra del francés. Por ello nada mejor que una opción que no admita posibilidad de comparación, que sea tan radical que por sí misma constituya una excepción para encarar una situación excepcional: Jose María Gutierrez, Guti.
Podemos imaginar a esta plantilla bostezando ante un sermón táctico, renegar de un régimen espartano o terminar de abandonarse con un mando demasiado laxo. En cambio, la llegada de alguien como Guti tendría el efecto de una descarga eléctrica que no dejaría indiferente a nadie.
El de Torrejón cuenta con el aval de no ser un extraño, ya que ha sido compañero de cuatro de los pesos pesados del vestuario (Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema). Es uno de los suyos. Se trata de un jugador con una mística especial, un genio que alumbró el Bernabéu con su magia durante quince años. Nunca el madridismo vio dibujar pases con el arte con que lo hizo Guti, al que el mismísimo Ronaldo Nazario destacó como su favorito en su Madrid de los Galácticos y del que aún queda grabado, en el recuerdo de todos los aficionados, su asistencia de tacón a Karim Benzema en Riazor.
Nadie le puede dar lecciones a Guti de cómo funciona esta casa, a la que llegó con nueve años y de la que se fue veinticinco temporadas después, tras disputar 542 partidos oficiales -el undécimo que más de la historia del club, con 36 encuentros de media por temporada- y lograr quince títulos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions League.
Nadie mejor que Guti para explicarle a un jugador lo que es remar contra su propio público, para transmitirle lo que significan sus silbidos y cómo darle la vuelta a esa situación. Nadie mejor que Guti para contarle a un futbolista cómo se dignifica una carrera sin llegar a ser titular indiscutible. Nadie con más experiencia para entender lo que es la presión de sentirse señalado dentro y fuera del terreno de juego. Nadie mejor para encauzar a aquellos jóvenes que carecen de la madurez suficiente como para sacar provecho de todo su talento.
Cualquiera imagina a Guti siendo firme y directo frente a una estrella del Real Madrid. No le iba a temblar el pulso. Cualquiera puede intuir que su madridismo desaforado -el propio del de cualquier otro aficionado que le duele la pérdida de un solo punto- no iba a permitir un solo instante de relajación a sus hombres. Si algo destacaría de su equipo sería la intensidad. Cualquiera le ve mandando a coger amapolas a un periodista en rueda de prensa pese a contar con el apoyo de la mayoría de medios. Él no se casa con nadie. Cualquiera puede imaginar que su propuesta iba a ser netamente ofensiva. Acorde al espíritu que se presupone en un club de esta dimensión.
La mayor pega que se pone a la candidatura de Guti es que su única experiencia es la de haber entrenado dos años al juvenil A del Real Madrid. Pero lo curioso es que si atendemos al historial de los técnicos que han forjado equipos de leyenda a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que la mayoría carecían (o casi) de experiencia al más alto nivel como entrenadores.
Miguel Muñoz se hizo cargo del Real Madrid pasando directamente del terreno de juego al banquillo, consiguiendo nueve Ligas y dos Copas de Europa. Rinus Michel tan solo entrenó un año al modesto DWS Amsterdam antes de dar el salto al Ajax, con el que ganó cuatro veces la Eredivisie y la primera Copa de Europa del club. Udo Lattek empezó en el Bayern de Munich sin experiencia alguna, equipo con el que encadenó tres Bundesligas seguidas y una Copa de Europa. Su sucesor, Dettmar Cramer, tan solo había dirigido a selecciones de tercer nivel cuando sumó dos Copas de Europa más para los bávaros. Fabio Capello solo había entrenado seis partidos antes de recoger el testigo de Arrigo Sacchi y, tras lo cual, el Milan ganó cuatro veces el Calcio y una la Champions League. También Louis Van Gaal debutó con el Ajax en su primera experiencia como primer técnico (hasta entonces solo había sido asistente) ganando una UEFA y, posteriormente, tres ligas y una Champions. Vicente Del Bosque tan solo había entrenado al filial antes de incorporarse como técnico del Real Madrid y lograr dos Ligas y dos Champions. José Mourinho había dirigido nueve jornadas al Benfica y veinte al modesto Leiria cuando tomó el mando del Oporto, con el que conquistó dos Ligas, una UEFA y una Champions. Pep Guardiola solo había entrenado al Barça B, en Tercera división, antes de encadenar el mayor periodo de gloria azulgrana con tres Ligas y dos Champions. Zidane no había entrenado más que al Castilla antes de ganar tres Champions seguidas con el Real Madrid. Diez técnicos que debutaron sin apenas (o sin ninguna) experiencia y que conquistaron diecisiete copas de Europa.
Unos meses antes de su marcha, Guti declaró que su sueño era irse de Madrid en una Harley, un día de lluvia, rumbo a Bangkok. Yo no puedo dejar de imaginarlo volviendo a entrar a el vestuario de Valdebebas subido en una moto, con una chupa con el 14 a la espalda y haciendo rugir su motor, ante la incrédula mirada de toda la plantilla, antes de quitarse el casco y espetarles: “Ya ha dejado de llover. Así que ahora espabilando y a por la 14”.
http://www.lagalerna.com/por-que-no-guti/
Muchos madridistas me han preguntado estos días cómo ha afectado la etapa Zidane en el ciclo kármico madridista y qué periodo se supone debería darse a continuación. Para los que no estén al corriente, el ciclo kármico madridista es una tesis que defiende que el Real Madrid está sumido, desde hace décadas, en una secuencia de fases que se van sucediendo reiteradamente: una etapa de éxito liderada por un técnico cercano a los jugadores, a la que le sucede una etapa de relajación que deriva en el colapso del equipo y por último, una etapa bajo el mando de un entrenador duro en la que, tras un inicio triunfal, el desgaste de la plantilla precipita la marcha de ese sargento de hierro y con ello el reinicio, una vez más, del ciclo.
Esta dinámica se basa, por tanto, en el convencimiento de que el rendimiento de los jugadores blancos solo responde a un estímulo de exigencia y disciplina o bien, por contra, a la motivación suscitada por un entrenador con el que se sienten cómodos. Pero, en ambos casos, son compromisos muy volubles, sin apenas recorrido, ya sea por agotamiento o por exceso de cofianza.
En su despedida, Zizou nos insinuaba que había conseguido estirar al máximo el periodo de éxito (etapa Happy) pero sin poder evitar que el compromiso del grupo menguara paulatinamente (etapa Asador), lo cual precipitó su dimisión. La secuencia del ciclo kármico nos puede inducir a concluir que lo más idóneo para reactivar a una plantilla que ha perdido el pulso es un entrenador riguroso (etapa Caudillo). ¿Pero qué sentido tendría cuando estos jugadores acaban de hacer historia?
La imposición de un entrenador disciplinado no tiene por qué ser positiva si los jugadores la interpretan como una medida injustificada. Con Capello y Mourinho, el grupo claudicó ante la evidencia de su responsabilidad en los fracasos previos, pero no sucedió del mismo modo con Benitez, que no consiguió el respaldo del grupo. Si se opta, en cambio, por un entrenador de perfil bajo nada nos hace pensar que la advertencia de Zidane se pueda corregir.
Asistimos estos días a un carrussel de candidaturas de técnicos de todas las características, muchos de una incuestionable aptitud, pero la clave esta vez no radica tanto en aplicar palo o zanahoria, o en el peso del curriculum, como en la capacidad para tener ascendencia sobre una plantilla excepcional. Nadie discute, por ejemplo, la profesionalidad de Klopp o Pochettino. Sus trayectorias les avalan, pero no tenemos la certeza de que los jugadores del Real Madrid -tras tres años bajo la dirección de un técnico tan carismático como el francés- vayan a sentirse lo suficientemente estimulados como para suscribir un compromiso férreo con ellos.
Cuaquier entrenador que releve a Zidane va a sentirse acomplejado ante la sombra del francés. Por ello nada mejor que una opción que no admita posibilidad de comparación, que sea tan radical que por sí misma constituya una excepción para encarar una situación excepcional: Jose María Gutierrez, Guti.
Podemos imaginar a esta plantilla bostezando ante un sermón táctico, renegar de un régimen espartano o terminar de abandonarse con un mando demasiado laxo. En cambio, la llegada de alguien como Guti tendría el efecto de una descarga eléctrica que no dejaría indiferente a nadie.
El de Torrejón cuenta con el aval de no ser un extraño, ya que ha sido compañero de cuatro de los pesos pesados del vestuario (Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema). Es uno de los suyos. Se trata de un jugador con una mística especial, un genio que alumbró el Bernabéu con su magia durante quince años. Nunca el madridismo vio dibujar pases con el arte con que lo hizo Guti, al que el mismísimo Ronaldo Nazario destacó como su favorito en su Madrid de los Galácticos y del que aún queda grabado, en el recuerdo de todos los aficionados, su asistencia de tacón a Karim Benzema en Riazor.
Nadie le puede dar lecciones a Guti de cómo funciona esta casa, a la que llegó con nueve años y de la que se fue veinticinco temporadas después, tras disputar 542 partidos oficiales -el undécimo que más de la historia del club, con 36 encuentros de media por temporada- y lograr quince títulos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions League.
Nadie mejor que Guti para explicarle a un jugador lo que es remar contra su propio público, para transmitirle lo que significan sus silbidos y cómo darle la vuelta a esa situación. Nadie mejor que Guti para contarle a un futbolista cómo se dignifica una carrera sin llegar a ser titular indiscutible. Nadie con más experiencia para entender lo que es la presión de sentirse señalado dentro y fuera del terreno de juego. Nadie mejor para encauzar a aquellos jóvenes que carecen de la madurez suficiente como para sacar provecho de todo su talento.
Cualquiera imagina a Guti siendo firme y directo frente a una estrella del Real Madrid. No le iba a temblar el pulso. Cualquiera puede intuir que su madridismo desaforado -el propio del de cualquier otro aficionado que le duele la pérdida de un solo punto- no iba a permitir un solo instante de relajación a sus hombres. Si algo destacaría de su equipo sería la intensidad. Cualquiera le ve mandando a coger amapolas a un periodista en rueda de prensa pese a contar con el apoyo de la mayoría de medios. Él no se casa con nadie. Cualquiera puede imaginar que su propuesta iba a ser netamente ofensiva. Acorde al espíritu que se presupone en un club de esta dimensión.
La mayor pega que se pone a la candidatura de Guti es que su única experiencia es la de haber entrenado dos años al juvenil A del Real Madrid. Pero lo curioso es que si atendemos al historial de los técnicos que han forjado equipos de leyenda a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que la mayoría carecían (o casi) de experiencia al más alto nivel como entrenadores.
Miguel Muñoz se hizo cargo del Real Madrid pasando directamente del terreno de juego al banquillo, consiguiendo nueve Ligas y dos Copas de Europa. Rinus Michel tan solo entrenó un año al modesto DWS Amsterdam antes de dar el salto al Ajax, con el que ganó cuatro veces la Eredivisie y la primera Copa de Europa del club. Udo Lattek empezó en el Bayern de Munich sin experiencia alguna, equipo con el que encadenó tres Bundesligas seguidas y una Copa de Europa. Su sucesor, Dettmar Cramer, tan solo había dirigido a selecciones de tercer nivel cuando sumó dos Copas de Europa más para los bávaros. Fabio Capello solo había entrenado seis partidos antes de recoger el testigo de Arrigo Sacchi y, tras lo cual, el Milan ganó cuatro veces el Calcio y una la Champions League. También Louis Van Gaal debutó con el Ajax en su primera experiencia como primer técnico (hasta entonces solo había sido asistente) ganando una UEFA y, posteriormente, tres ligas y una Champions. Vicente Del Bosque tan solo había entrenado al filial antes de incorporarse como técnico del Real Madrid y lograr dos Ligas y dos Champions. José Mourinho había dirigido nueve jornadas al Benfica y veinte al modesto Leiria cuando tomó el mando del Oporto, con el que conquistó dos Ligas, una UEFA y una Champions. Pep Guardiola solo había entrenado al Barça B, en Tercera división, antes de encadenar el mayor periodo de gloria azulgrana con tres Ligas y dos Champions. Zidane no había entrenado más que al Castilla antes de ganar tres Champions seguidas con el Real Madrid. Diez técnicos que debutaron sin apenas (o sin ninguna) experiencia y que conquistaron diecisiete copas de Europa.
Unos meses antes de su marcha, Guti declaró que su sueño era irse de Madrid en una Harley, un día de lluvia, rumbo a Bangkok. Yo no puedo dejar de imaginarlo volviendo a entrar a el vestuario de Valdebebas subido en una moto, con una chupa con el 14 a la espalda y haciendo rugir su motor, ante la incrédula mirada de toda la plantilla, antes de quitarse el casco y espetarles: “Ya ha dejado de llover. Así que ahora espabilando y a por la 14”.
http://www.lagalerna.com/por-que-no-guti/
Tati10- Mito y Leyenda
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Re: próximo entrenador
Tati10 escribió:Muy de acuerdo con este artículo, sobre todo, en lo de todos los grandes entrenadores que dejaron huella ni tenían experiencia, ni llegaron de entrenar antes equipos grandes.
Muchos madridistas me han preguntado estos días cómo ha afectado la etapa Zidane en el ciclo kármico madridista y qué periodo se supone debería darse a continuación. Para los que no estén al corriente, el ciclo kármico madridista es una tesis que defiende que el Real Madrid está sumido, desde hace décadas, en una secuencia de fases que se van sucediendo reiteradamente: una etapa de éxito liderada por un técnico cercano a los jugadores, a la que le sucede una etapa de relajación que deriva en el colapso del equipo y por último, una etapa bajo el mando de un entrenador duro en la que, tras un inicio triunfal, el desgaste de la plantilla precipita la marcha de ese sargento de hierro y con ello el reinicio, una vez más, del ciclo.
Esta dinámica se basa, por tanto, en el convencimiento de que el rendimiento de los jugadores blancos solo responde a un estímulo de exigencia y disciplina o bien, por contra, a la motivación suscitada por un entrenador con el que se sienten cómodos. Pero, en ambos casos, son compromisos muy volubles, sin apenas recorrido, ya sea por agotamiento o por exceso de cofianza.
En su despedida, Zizou nos insinuaba que había conseguido estirar al máximo el periodo de éxito (etapa Happy) pero sin poder evitar que el compromiso del grupo menguara paulatinamente (etapa Asador), lo cual precipitó su dimisión. La secuencia del ciclo kármico nos puede inducir a concluir que lo más idóneo para reactivar a una plantilla que ha perdido el pulso es un entrenador riguroso (etapa Caudillo). ¿Pero qué sentido tendría cuando estos jugadores acaban de hacer historia?
La imposición de un entrenador disciplinado no tiene por qué ser positiva si los jugadores la interpretan como una medida injustificada. Con Capello y Mourinho, el grupo claudicó ante la evidencia de su responsabilidad en los fracasos previos, pero no sucedió del mismo modo con Benitez, que no consiguió el respaldo del grupo. Si se opta, en cambio, por un entrenador de perfil bajo nada nos hace pensar que la advertencia de Zidane se pueda corregir.
Asistimos estos días a un carrussel de candidaturas de técnicos de todas las características, muchos de una incuestionable aptitud, pero la clave esta vez no radica tanto en aplicar palo o zanahoria, o en el peso del curriculum, como en la capacidad para tener ascendencia sobre una plantilla excepcional. Nadie discute, por ejemplo, la profesionalidad de Klopp o Pochettino. Sus trayectorias les avalan, pero no tenemos la certeza de que los jugadores del Real Madrid -tras tres años bajo la dirección de un técnico tan carismático como el francés- vayan a sentirse lo suficientemente estimulados como para suscribir un compromiso férreo con ellos.
Cuaquier entrenador que releve a Zidane va a sentirse acomplejado ante la sombra del francés. Por ello nada mejor que una opción que no admita posibilidad de comparación, que sea tan radical que por sí misma constituya una excepción para encarar una situación excepcional: Jose María Gutierrez, Guti.
Podemos imaginar a esta plantilla bostezando ante un sermón táctico, renegar de un régimen espartano o terminar de abandonarse con un mando demasiado laxo. En cambio, la llegada de alguien como Guti tendría el efecto de una descarga eléctrica que no dejaría indiferente a nadie.
El de Torrejón cuenta con el aval de no ser un extraño, ya que ha sido compañero de cuatro de los pesos pesados del vestuario (Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema). Es uno de los suyos. Se trata de un jugador con una mística especial, un genio que alumbró el Bernabéu con su magia durante quince años. Nunca el madridismo vio dibujar pases con el arte con que lo hizo Guti, al que el mismísimo Ronaldo Nazario destacó como su favorito en su Madrid de los Galácticos y del que aún queda grabado, en el recuerdo de todos los aficionados, su asistencia de tacón a Karim Benzema en Riazor.
Nadie le puede dar lecciones a Guti de cómo funciona esta casa, a la que llegó con nueve años y de la que se fue veinticinco temporadas después, tras disputar 542 partidos oficiales -el undécimo que más de la historia del club, con 36 encuentros de media por temporada- y lograr quince títulos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions League.
Nadie mejor que Guti para explicarle a un jugador lo que es remar contra su propio público, para transmitirle lo que significan sus silbidos y cómo darle la vuelta a esa situación. Nadie mejor que Guti para contarle a un futbolista cómo se dignifica una carrera sin llegar a ser titular indiscutible. Nadie con más experiencia para entender lo que es la presión de sentirse señalado dentro y fuera del terreno de juego. Nadie mejor para encauzar a aquellos jóvenes que carecen de la madurez suficiente como para sacar provecho de todo su talento.
Cualquiera imagina a Guti siendo firme y directo frente a una estrella del Real Madrid. No le iba a temblar el pulso. Cualquiera puede intuir que su madridismo desaforado -el propio del de cualquier otro aficionado que le duele la pérdida de un solo punto- no iba a permitir un solo instante de relajación a sus hombres. Si algo destacaría de su equipo sería la intensidad. Cualquiera le ve mandando a coger amapolas a un periodista en rueda de prensa pese a contar con el apoyo de la mayoría de medios. Él no se casa con nadie. Cualquiera puede imaginar que su propuesta iba a ser netamente ofensiva. Acorde al espíritu que se presupone en un club de esta dimensión.
La mayor pega que se pone a la candidatura de Guti es que su única experiencia es la de haber entrenado dos años al juvenil A del Real Madrid. Pero lo curioso es que si atendemos al historial de los técnicos que han forjado equipos de leyenda a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que la mayoría carecían (o casi) de experiencia al más alto nivel como entrenadores.
Miguel Muñoz se hizo cargo del Real Madrid pasando directamente del terreno de juego al banquillo, consiguiendo nueve Ligas y dos Copas de Europa. Rinus Michel tan solo entrenó un año al modesto DWS Amsterdam antes de dar el salto al Ajax, con el que ganó cuatro veces la Eredivisie y la primera Copa de Europa del club. Udo Lattek empezó en el Bayern de Munich sin experiencia alguna, equipo con el que encadenó tres Bundesligas seguidas y una Copa de Europa. Su sucesor, Dettmar Cramer, tan solo había dirigido a selecciones de tercer nivel cuando sumó dos Copas de Europa más para los bávaros. Fabio Capello solo había entrenado seis partidos antes de recoger el testigo de Arrigo Sacchi y, tras lo cual, el Milan ganó cuatro veces el Calcio y una la Champions League. También Louis Van Gaal debutó con el Ajax en su primera experiencia como primer técnico (hasta entonces solo había sido asistente) ganando una UEFA y, posteriormente, tres ligas y una Champions. Vicente Del Bosque tan solo había entrenado al filial antes de incorporarse como técnico del Real Madrid y lograr dos Ligas y dos Champions. José Mourinho había dirigido nueve jornadas al Benfica y veinte al modesto Leiria cuando tomó el mando del Oporto, con el que conquistó dos Ligas, una UEFA y una Champions. Pep Guardiola solo había entrenado al Barça B, en Tercera división, antes de encadenar el mayor periodo de gloria azulgrana con tres Ligas y dos Champions. Zidane no había entrenado más que al Castilla antes de ganar tres Champions seguidas con el Real Madrid. Diez técnicos que debutaron sin apenas (o sin ninguna) experiencia y que conquistaron diecisiete copas de Europa.
Unos meses antes de su marcha, Guti declaró que su sueño era irse de Madrid en una Harley, un día de lluvia, rumbo a Bangkok. Yo no puedo dejar de imaginarlo volviendo a entrar a el vestuario de Valdebebas subido en una moto, con una chupa con el 14 a la espalda y haciendo rugir su motor, ante la incrédula mirada de toda la plantilla, antes de quitarse el casco y espetarles: “Ya ha dejado de llover. Así que ahora espabilando y a por la 14”.
http://www.lagalerna.com/por-que-no-guti/
¿Ciclo kármico del madridismo? Esa teoría, sin nombre, ya la expuse yo aquí hace bastante tiempo.
El argumento sobre los entrenadores sin experiencia que luego fueron grandes es bastante tramposo. Me coge a un ramillete de grandes que, obviamente, han tenido un principio, y les pone como a pipiolos, deformando un poco la realidad.
No hablo de Muñoz, Michels o Lattek porque son de hace demasiado tiempo y pertenecen a un fútbol del que podríamos decir que casi no tiene nada que ver con el actual.
Capello dirige al Milan 6 partidos en el 87, pero luego hasta el 91 es el segundo de Sacchi. Van Gaal había sido asistente en el AZ Alkmaar y lo fue después en el Ajax de Beenhakker. Del Bosque había llevada al Castilla y, en varias etapas, al Madrid como interino entre el 94 y el 99. Mourinho llevaba media vida siendo asistente de Robson y Van Gaal entre otros (aunque por razones que desconozco, aquí se decía que era "el traductor"), y entrenó al Benfica y al UD Leiria en primera portuguesa antes de coger al Oporto.
El caso más similar podría ser el de Guardiola. Pero éste entrenaba al Barça B cuando subió al primer equipo. Y lo suyo fue en parte una carambola porque empezó fatal en liga, y se salvó de la destitución porque Laporta no tenía dinero para pagarle el finiquito.
El caso de Guti es aún más extremo. Lo único que ha entrenado es a un juvenil.
No obstante, viendo los nombres que se están empezando a proponer, Guti me parece un mal menor si no somos capaces de sacar a Pochettino o Klopp.
Lo ideal sería que entrase como ayudante de uno de estos, y optar al banquillo en un futuro próximo.
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Re: próximo entrenador
Obi escribió:Tati10 escribió:Muy de acuerdo con este artículo, sobre todo, en lo de todos los grandes entrenadores que dejaron huella ni tenían experiencia, ni llegaron de entrenar antes equipos grandes.
Muchos madridistas me han preguntado estos días cómo ha afectado la etapa Zidane en el ciclo kármico madridista y qué periodo se supone debería darse a continuación. Para los que no estén al corriente, el ciclo kármico madridista es una tesis que defiende que el Real Madrid está sumido, desde hace décadas, en una secuencia de fases que se van sucediendo reiteradamente: una etapa de éxito liderada por un técnico cercano a los jugadores, a la que le sucede una etapa de relajación que deriva en el colapso del equipo y por último, una etapa bajo el mando de un entrenador duro en la que, tras un inicio triunfal, el desgaste de la plantilla precipita la marcha de ese sargento de hierro y con ello el reinicio, una vez más, del ciclo.
Esta dinámica se basa, por tanto, en el convencimiento de que el rendimiento de los jugadores blancos solo responde a un estímulo de exigencia y disciplina o bien, por contra, a la motivación suscitada por un entrenador con el que se sienten cómodos. Pero, en ambos casos, son compromisos muy volubles, sin apenas recorrido, ya sea por agotamiento o por exceso de cofianza.
En su despedida, Zizou nos insinuaba que había conseguido estirar al máximo el periodo de éxito (etapa Happy) pero sin poder evitar que el compromiso del grupo menguara paulatinamente (etapa Asador), lo cual precipitó su dimisión. La secuencia del ciclo kármico nos puede inducir a concluir que lo más idóneo para reactivar a una plantilla que ha perdido el pulso es un entrenador riguroso (etapa Caudillo). ¿Pero qué sentido tendría cuando estos jugadores acaban de hacer historia?
La imposición de un entrenador disciplinado no tiene por qué ser positiva si los jugadores la interpretan como una medida injustificada. Con Capello y Mourinho, el grupo claudicó ante la evidencia de su responsabilidad en los fracasos previos, pero no sucedió del mismo modo con Benitez, que no consiguió el respaldo del grupo. Si se opta, en cambio, por un entrenador de perfil bajo nada nos hace pensar que la advertencia de Zidane se pueda corregir.
Asistimos estos días a un carrussel de candidaturas de técnicos de todas las características, muchos de una incuestionable aptitud, pero la clave esta vez no radica tanto en aplicar palo o zanahoria, o en el peso del curriculum, como en la capacidad para tener ascendencia sobre una plantilla excepcional. Nadie discute, por ejemplo, la profesionalidad de Klopp o Pochettino. Sus trayectorias les avalan, pero no tenemos la certeza de que los jugadores del Real Madrid -tras tres años bajo la dirección de un técnico tan carismático como el francés- vayan a sentirse lo suficientemente estimulados como para suscribir un compromiso férreo con ellos.
Cuaquier entrenador que releve a Zidane va a sentirse acomplejado ante la sombra del francés. Por ello nada mejor que una opción que no admita posibilidad de comparación, que sea tan radical que por sí misma constituya una excepción para encarar una situación excepcional: Jose María Gutierrez, Guti.
Podemos imaginar a esta plantilla bostezando ante un sermón táctico, renegar de un régimen espartano o terminar de abandonarse con un mando demasiado laxo. En cambio, la llegada de alguien como Guti tendría el efecto de una descarga eléctrica que no dejaría indiferente a nadie.
El de Torrejón cuenta con el aval de no ser un extraño, ya que ha sido compañero de cuatro de los pesos pesados del vestuario (Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema). Es uno de los suyos. Se trata de un jugador con una mística especial, un genio que alumbró el Bernabéu con su magia durante quince años. Nunca el madridismo vio dibujar pases con el arte con que lo hizo Guti, al que el mismísimo Ronaldo Nazario destacó como su favorito en su Madrid de los Galácticos y del que aún queda grabado, en el recuerdo de todos los aficionados, su asistencia de tacón a Karim Benzema en Riazor.
Nadie le puede dar lecciones a Guti de cómo funciona esta casa, a la que llegó con nueve años y de la que se fue veinticinco temporadas después, tras disputar 542 partidos oficiales -el undécimo que más de la historia del club, con 36 encuentros de media por temporada- y lograr quince títulos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions League.
Nadie mejor que Guti para explicarle a un jugador lo que es remar contra su propio público, para transmitirle lo que significan sus silbidos y cómo darle la vuelta a esa situación. Nadie mejor que Guti para contarle a un futbolista cómo se dignifica una carrera sin llegar a ser titular indiscutible. Nadie con más experiencia para entender lo que es la presión de sentirse señalado dentro y fuera del terreno de juego. Nadie mejor para encauzar a aquellos jóvenes que carecen de la madurez suficiente como para sacar provecho de todo su talento.
Cualquiera imagina a Guti siendo firme y directo frente a una estrella del Real Madrid. No le iba a temblar el pulso. Cualquiera puede intuir que su madridismo desaforado -el propio del de cualquier otro aficionado que le duele la pérdida de un solo punto- no iba a permitir un solo instante de relajación a sus hombres. Si algo destacaría de su equipo sería la intensidad. Cualquiera le ve mandando a coger amapolas a un periodista en rueda de prensa pese a contar con el apoyo de la mayoría de medios. Él no se casa con nadie. Cualquiera puede imaginar que su propuesta iba a ser netamente ofensiva. Acorde al espíritu que se presupone en un club de esta dimensión.
La mayor pega que se pone a la candidatura de Guti es que su única experiencia es la de haber entrenado dos años al juvenil A del Real Madrid. Pero lo curioso es que si atendemos al historial de los técnicos que han forjado equipos de leyenda a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que la mayoría carecían (o casi) de experiencia al más alto nivel como entrenadores.
Miguel Muñoz se hizo cargo del Real Madrid pasando directamente del terreno de juego al banquillo, consiguiendo nueve Ligas y dos Copas de Europa. Rinus Michel tan solo entrenó un año al modesto DWS Amsterdam antes de dar el salto al Ajax, con el que ganó cuatro veces la Eredivisie y la primera Copa de Europa del club. Udo Lattek empezó en el Bayern de Munich sin experiencia alguna, equipo con el que encadenó tres Bundesligas seguidas y una Copa de Europa. Su sucesor, Dettmar Cramer, tan solo había dirigido a selecciones de tercer nivel cuando sumó dos Copas de Europa más para los bávaros. Fabio Capello solo había entrenado seis partidos antes de recoger el testigo de Arrigo Sacchi y, tras lo cual, el Milan ganó cuatro veces el Calcio y una la Champions League. También Louis Van Gaal debutó con el Ajax en su primera experiencia como primer técnico (hasta entonces solo había sido asistente) ganando una UEFA y, posteriormente, tres ligas y una Champions. Vicente Del Bosque tan solo había entrenado al filial antes de incorporarse como técnico del Real Madrid y lograr dos Ligas y dos Champions. José Mourinho había dirigido nueve jornadas al Benfica y veinte al modesto Leiria cuando tomó el mando del Oporto, con el que conquistó dos Ligas, una UEFA y una Champions. Pep Guardiola solo había entrenado al Barça B, en Tercera división, antes de encadenar el mayor periodo de gloria azulgrana con tres Ligas y dos Champions. Zidane no había entrenado más que al Castilla antes de ganar tres Champions seguidas con el Real Madrid. Diez técnicos que debutaron sin apenas (o sin ninguna) experiencia y que conquistaron diecisiete copas de Europa.
Unos meses antes de su marcha, Guti declaró que su sueño era irse de Madrid en una Harley, un día de lluvia, rumbo a Bangkok. Yo no puedo dejar de imaginarlo volviendo a entrar a el vestuario de Valdebebas subido en una moto, con una chupa con el 14 a la espalda y haciendo rugir su motor, ante la incrédula mirada de toda la plantilla, antes de quitarse el casco y espetarles: “Ya ha dejado de llover. Así que ahora espabilando y a por la 14”.
http://www.lagalerna.com/por-que-no-guti/
¿Ciclo kármico del madridismo? Esa teoría, sin nombre, ya la expuse yo aquí hace bastante tiempo.
El argumento sobre los entrenadores sin experiencia que luego fueron grandes es bastante tramposo. Me coge a un ramillete de grandes que, obviamente, han tenido un principio, y les pone como a pipiolos, deformando un poco la realidad.
No hablo de Muñoz, Michels o Lattek porque son de hace demasiado tiempo y pertenecen a un fútbol del que podríamos decir que casi no tiene nada que ver con el actual.
Capello dirige al Milan 6 partidos en el 87, pero luego hasta el 91 es el segundo de Sacchi. Van Gaal había sido asistente en el AZ Alkmaar y lo fue después en el Ajax de Beenhakker. Del Bosque había llevada al Castilla y, en varias etapas, al Madrid como interino entre el 94 y el 99. Mourinho llevaba media vida siendo asistente de Robson y Van Gaal entre otros (aunque por razones que desconozco, aquí se decía que era "el traductor"), y entrenó al Benfica y al UD Leiria en primera portuguesa antes de coger al Oporto.
El caso más similar podría ser el de Guardiola. Pero éste entrenaba al Barça B cuando subió al primer equipo. Y lo suyo fue en parte una carambola porque empezó fatal en liga, y se salvó de la destitución porque Laporta no tenía dinero para pagarle el finiquito.
El caso de Guti es aún más extremo. Lo único que ha entrenado es a un juvenil.
No obstante, viendo los nombres que se están empezando a proponer, Guti me parece un mal menor si no somos capaces de sacar a Pochettino o Klopp.
Lo ideal sería que entrase como ayudante de uno de estos, y optar al banquillo en un futuro próximo.
Pero nunca entrenaron antes a un equipo grande, eso es cierto. ¿Qué diferencia hay ente entrenar un segunda B al juvenial A? muy poca.
Tati10- Mito y Leyenda
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Re: próximo entrenador
Tati10 escribió:Obi escribió:Tati10 escribió:Muy de acuerdo con este artículo, sobre todo, en lo de todos los grandes entrenadores que dejaron huella ni tenían experiencia, ni llegaron de entrenar antes equipos grandes.
Muchos madridistas me han preguntado estos días cómo ha afectado la etapa Zidane en el ciclo kármico madridista y qué periodo se supone debería darse a continuación. Para los que no estén al corriente, el ciclo kármico madridista es una tesis que defiende que el Real Madrid está sumido, desde hace décadas, en una secuencia de fases que se van sucediendo reiteradamente: una etapa de éxito liderada por un técnico cercano a los jugadores, a la que le sucede una etapa de relajación que deriva en el colapso del equipo y por último, una etapa bajo el mando de un entrenador duro en la que, tras un inicio triunfal, el desgaste de la plantilla precipita la marcha de ese sargento de hierro y con ello el reinicio, una vez más, del ciclo.
Esta dinámica se basa, por tanto, en el convencimiento de que el rendimiento de los jugadores blancos solo responde a un estímulo de exigencia y disciplina o bien, por contra, a la motivación suscitada por un entrenador con el que se sienten cómodos. Pero, en ambos casos, son compromisos muy volubles, sin apenas recorrido, ya sea por agotamiento o por exceso de cofianza.
En su despedida, Zizou nos insinuaba que había conseguido estirar al máximo el periodo de éxito (etapa Happy) pero sin poder evitar que el compromiso del grupo menguara paulatinamente (etapa Asador), lo cual precipitó su dimisión. La secuencia del ciclo kármico nos puede inducir a concluir que lo más idóneo para reactivar a una plantilla que ha perdido el pulso es un entrenador riguroso (etapa Caudillo). ¿Pero qué sentido tendría cuando estos jugadores acaban de hacer historia?
La imposición de un entrenador disciplinado no tiene por qué ser positiva si los jugadores la interpretan como una medida injustificada. Con Capello y Mourinho, el grupo claudicó ante la evidencia de su responsabilidad en los fracasos previos, pero no sucedió del mismo modo con Benitez, que no consiguió el respaldo del grupo. Si se opta, en cambio, por un entrenador de perfil bajo nada nos hace pensar que la advertencia de Zidane se pueda corregir.
Asistimos estos días a un carrussel de candidaturas de técnicos de todas las características, muchos de una incuestionable aptitud, pero la clave esta vez no radica tanto en aplicar palo o zanahoria, o en el peso del curriculum, como en la capacidad para tener ascendencia sobre una plantilla excepcional. Nadie discute, por ejemplo, la profesionalidad de Klopp o Pochettino. Sus trayectorias les avalan, pero no tenemos la certeza de que los jugadores del Real Madrid -tras tres años bajo la dirección de un técnico tan carismático como el francés- vayan a sentirse lo suficientemente estimulados como para suscribir un compromiso férreo con ellos.
Cuaquier entrenador que releve a Zidane va a sentirse acomplejado ante la sombra del francés. Por ello nada mejor que una opción que no admita posibilidad de comparación, que sea tan radical que por sí misma constituya una excepción para encarar una situación excepcional: Jose María Gutierrez, Guti.
Podemos imaginar a esta plantilla bostezando ante un sermón táctico, renegar de un régimen espartano o terminar de abandonarse con un mando demasiado laxo. En cambio, la llegada de alguien como Guti tendría el efecto de una descarga eléctrica que no dejaría indiferente a nadie.
El de Torrejón cuenta con el aval de no ser un extraño, ya que ha sido compañero de cuatro de los pesos pesados del vestuario (Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema). Es uno de los suyos. Se trata de un jugador con una mística especial, un genio que alumbró el Bernabéu con su magia durante quince años. Nunca el madridismo vio dibujar pases con el arte con que lo hizo Guti, al que el mismísimo Ronaldo Nazario destacó como su favorito en su Madrid de los Galácticos y del que aún queda grabado, en el recuerdo de todos los aficionados, su asistencia de tacón a Karim Benzema en Riazor.
Nadie le puede dar lecciones a Guti de cómo funciona esta casa, a la que llegó con nueve años y de la que se fue veinticinco temporadas después, tras disputar 542 partidos oficiales -el undécimo que más de la historia del club, con 36 encuentros de media por temporada- y lograr quince títulos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions League.
Nadie mejor que Guti para explicarle a un jugador lo que es remar contra su propio público, para transmitirle lo que significan sus silbidos y cómo darle la vuelta a esa situación. Nadie mejor que Guti para contarle a un futbolista cómo se dignifica una carrera sin llegar a ser titular indiscutible. Nadie con más experiencia para entender lo que es la presión de sentirse señalado dentro y fuera del terreno de juego. Nadie mejor para encauzar a aquellos jóvenes que carecen de la madurez suficiente como para sacar provecho de todo su talento.
Cualquiera imagina a Guti siendo firme y directo frente a una estrella del Real Madrid. No le iba a temblar el pulso. Cualquiera puede intuir que su madridismo desaforado -el propio del de cualquier otro aficionado que le duele la pérdida de un solo punto- no iba a permitir un solo instante de relajación a sus hombres. Si algo destacaría de su equipo sería la intensidad. Cualquiera le ve mandando a coger amapolas a un periodista en rueda de prensa pese a contar con el apoyo de la mayoría de medios. Él no se casa con nadie. Cualquiera puede imaginar que su propuesta iba a ser netamente ofensiva. Acorde al espíritu que se presupone en un club de esta dimensión.
La mayor pega que se pone a la candidatura de Guti es que su única experiencia es la de haber entrenado dos años al juvenil A del Real Madrid. Pero lo curioso es que si atendemos al historial de los técnicos que han forjado equipos de leyenda a lo largo de la historia, nos daremos cuenta de que la mayoría carecían (o casi) de experiencia al más alto nivel como entrenadores.
Miguel Muñoz se hizo cargo del Real Madrid pasando directamente del terreno de juego al banquillo, consiguiendo nueve Ligas y dos Copas de Europa. Rinus Michel tan solo entrenó un año al modesto DWS Amsterdam antes de dar el salto al Ajax, con el que ganó cuatro veces la Eredivisie y la primera Copa de Europa del club. Udo Lattek empezó en el Bayern de Munich sin experiencia alguna, equipo con el que encadenó tres Bundesligas seguidas y una Copa de Europa. Su sucesor, Dettmar Cramer, tan solo había dirigido a selecciones de tercer nivel cuando sumó dos Copas de Europa más para los bávaros. Fabio Capello solo había entrenado seis partidos antes de recoger el testigo de Arrigo Sacchi y, tras lo cual, el Milan ganó cuatro veces el Calcio y una la Champions League. También Louis Van Gaal debutó con el Ajax en su primera experiencia como primer técnico (hasta entonces solo había sido asistente) ganando una UEFA y, posteriormente, tres ligas y una Champions. Vicente Del Bosque tan solo había entrenado al filial antes de incorporarse como técnico del Real Madrid y lograr dos Ligas y dos Champions. José Mourinho había dirigido nueve jornadas al Benfica y veinte al modesto Leiria cuando tomó el mando del Oporto, con el que conquistó dos Ligas, una UEFA y una Champions. Pep Guardiola solo había entrenado al Barça B, en Tercera división, antes de encadenar el mayor periodo de gloria azulgrana con tres Ligas y dos Champions. Zidane no había entrenado más que al Castilla antes de ganar tres Champions seguidas con el Real Madrid. Diez técnicos que debutaron sin apenas (o sin ninguna) experiencia y que conquistaron diecisiete copas de Europa.
Unos meses antes de su marcha, Guti declaró que su sueño era irse de Madrid en una Harley, un día de lluvia, rumbo a Bangkok. Yo no puedo dejar de imaginarlo volviendo a entrar a el vestuario de Valdebebas subido en una moto, con una chupa con el 14 a la espalda y haciendo rugir su motor, ante la incrédula mirada de toda la plantilla, antes de quitarse el casco y espetarles: “Ya ha dejado de llover. Así que ahora espabilando y a por la 14”.
http://www.lagalerna.com/por-que-no-guti/
¿Ciclo kármico del madridismo? Esa teoría, sin nombre, ya la expuse yo aquí hace bastante tiempo.
El argumento sobre los entrenadores sin experiencia que luego fueron grandes es bastante tramposo. Me coge a un ramillete de grandes que, obviamente, han tenido un principio, y les pone como a pipiolos, deformando un poco la realidad.
No hablo de Muñoz, Michels o Lattek porque son de hace demasiado tiempo y pertenecen a un fútbol del que podríamos decir que casi no tiene nada que ver con el actual.
Capello dirige al Milan 6 partidos en el 87, pero luego hasta el 91 es el segundo de Sacchi. Van Gaal había sido asistente en el AZ Alkmaar y lo fue después en el Ajax de Beenhakker. Del Bosque había llevada al Castilla y, en varias etapas, al Madrid como interino entre el 94 y el 99. Mourinho llevaba media vida siendo asistente de Robson y Van Gaal entre otros (aunque por razones que desconozco, aquí se decía que era "el traductor"), y entrenó al Benfica y al UD Leiria en primera portuguesa antes de coger al Oporto.
El caso más similar podría ser el de Guardiola. Pero éste entrenaba al Barça B cuando subió al primer equipo. Y lo suyo fue en parte una carambola porque empezó fatal en liga, y se salvó de la destitución porque Laporta no tenía dinero para pagarle el finiquito.
El caso de Guti es aún más extremo. Lo único que ha entrenado es a un juvenil.
No obstante, viendo los nombres que se están empezando a proponer, Guti me parece un mal menor si no somos capaces de sacar a Pochettino o Klopp.
Lo ideal sería que entrase como ayudante de uno de estos, y optar al banquillo en un futuro próximo.
Pero nunca entrenaron antes a un equipo grande, eso es cierto. ¿Qué diferencia hay ente entrenar un segunda B al juvenial A? muy poca.
Claro, eso es lo que digo al principio. Ningún entrenador ha cogido a un grande hasta que lo coge. Pero ese argumento me vale también para el 98% de los entrenadores del mundo.
Son chavales más hechos. Es más parecido a un vestuario profesional. Aún así, el caso de Guardiola es el más parecido, pero es la excepción que confirma la regla. Siempre lo sacamos como ejemplo cuando hablamos de un entrenador sin experiencia que ha triunfado, pero es el único caso, o de los pocos. Es como cuando queremos decir que el que un jugador haya ganado títulos no es sinónimo de que sea bueno y siempre ponemos el ejemplo de Karembeu. Son estereotipos del fútbol.
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Re: próximo entrenador
Obi escribió:Tati10 escribió:
Pero nunca entrenaron antes a un equipo grande, eso es cierto. ¿Qué diferencia hay ente entrenar un segunda B al juvenial A? muy poca.
Claro, eso es lo que digo al principio. Ningún entrenador ha cogido a un grande hasta que lo coge. Pero ese argumento me vale también para el 98% de los entrenadores del mundo.
Son chavales más hechos. Es más parecido a un vestuario profesional. Aún así, el caso de Guardiola es el más parecido, pero es la excepción que confirma la regla.
Yo no creo que Guardiola sea la excepción que confirma esa regla, ese equipo estaba ya hecho y con un juego establecido más el plus de Messi. Me fijo más en otros con menos herramientas, como p.ej. Paco López (este solo entrenó equipos pequeños)del Levante, equipo que estaba desahuciado y lo gana todo. Si, ya sé que un equipo grande es diferente y entre ellos está el Madrid, más singular aún, prefiero a alguien que conozca bien lo que es el Real Madrid.
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Re: próximo entrenador
Tati10 escribió:Obi escribió:Tati10 escribió:
Pero nunca entrenaron antes a un equipo grande, eso es cierto. ¿Qué diferencia hay ente entrenar un segunda B al juvenial A? muy poca.
Claro, eso es lo que digo al principio. Ningún entrenador ha cogido a un grande hasta que lo coge. Pero ese argumento me vale también para el 98% de los entrenadores del mundo.
Son chavales más hechos. Es más parecido a un vestuario profesional. Aún así, el caso de Guardiola es el más parecido, pero es la excepción que confirma la regla.
Yo no creo que Guardiola sea la excepción que confirma esa regla, ese equipo estaba ya hecho y con un juego establecido más el plus de Messi. Me fijo más en otros con menos herramientas, como p.ej. Paco López (este solo entrenó equipos pequeños)del Levante, equipo que estaba desahuciado y lo gana todo. Si, ya sé que un equipo grande es diferente y entre ellos está el Madrid, más singular aún, prefiero a alguien que conozca bien lo que es el Real Madrid.
No me vale.
Hablamos de entrenadores que sin experiencia previa hayan cogido a un grande y hayan triunfado, que es el caso.
A Guti cogiendo al Levante si le veo.
_________________
Re: próximo entrenador
Obi escribió:Tati10 escribió:
Yo no creo que Guardiola sea la excepción que confirma esa regla, ese equipo estaba ya hecho y con un juego establecido más el plus de Messi. Me fijo más en otros con menos herramientas, como p.ej. Paco López (este solo entrenó equipos pequeños)del Levante, equipo que estaba desahuciado y lo gana todo. Si, ya sé que un equipo grande es diferente y entre ellos está el Madrid, más singular aún, prefiero a alguien que conozca bien lo que es el Real Madrid.
No me vale.
Hablamos de entrenadores que sin experiencia previa hayan cogido a un grande y hayan triunfado, que es el caso.
A Guti cogiendo al Levante si le veo.
Bueno, ya veremos quien es el entrenador, cuando termine la final de la copa del rey de juveniles se anunciará
Tati10- Mito y Leyenda
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Re: próximo entrenador
pues yo creo que está al caer...
dicen que jueves día límite
y yo creo que es Poche
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y yo creo que es Poche
dioszidane- 1 Champions + 1 Liga
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Re: próximo entrenador
Si lo que se quiere es tener un entrenador similar a ZZ no hay que buscar mucho. Es más, está en casa: Roberto Carlos. Ahí lo dejo, ja,ja,ja.
serxio- Mito y Leyenda
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Re: próximo entrenador
Bueno, entoces me espero hasta el jueves, todos menos Conte
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Re: próximo entrenador
castillista escribió:Bueno, entoces me espero hasta el jueves, todos menos Conte
Pues a mí cada día me disgusta menos Conte. Lo digo en serio.
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Re: próximo entrenador
Obi escribió:castillista escribió:Bueno, entoces me espero hasta el jueves, todos menos Conte
Pues a mí cada día me disgusta menos Conte. Lo digo en serio.
a mi también me gusta conte, ha tenido un último año malo pero tiene una gran trayectoria, mucha personalidad y sabe utilizar varios sistemas
RUSO- Mito y Leyenda
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